lunes, 1 de octubre de 2012

Nada que Aportar: La poesía de Juan Gelman

Nada que Aportar: La poesía de Juan Gelman: "Yo no sabía que no tenerte podía ser dulce como nombrarte para que vengas, aunque no vengas, y no haya sino tu ausencia, tan dura com...

La poesía de Juan Gelman

"Yo no sabía que no tenerte podía ser dulce como nombrarte para que vengas, aunque no vengas, y no haya sino tu ausencia, tan dura como el golpe que me di en la cara, pensando en vos."

- Juan Gelman

viernes, 28 de septiembre de 2012

La poesía de la lluvia

LLUVIA

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!

Federico García Lorca

lunes, 24 de septiembre de 2012

Nada que Aportar: Jaime Sabines Vamos a guardar este día...

Nada que Aportar: Jaime Sabines Vamos a guardar este día...: Vamos a guardar este día entre las horas, para siempre, el cuarto a oscuras, Debussy y la lluvia, tú a mi lado, descansando de amar....

Jaime Sabines Vamos a guardar este día...





Vamos a guardar este día
entre las horas, para siempre,
el cuarto a oscuras,
Debussy y la lluvia,
tú a mi lado, descansando de amar.
Tu cabellera en que el humo de mi cigarrillo
flotaba densamente, imantado, como una mano
acariciando.
Tu espalda como una llanura en el silencio
y el declive inmóvil de tu costado
en que trataban de levantarse,
como de un sueño, mis besos.

La atmósfera pesada
de encierro, de amor, de fatiga,
con tu corazón de virgen odiándome y odiándote.
todo ese malestar del sexo ahíto,
esa convalecencia en que nos buscaban los ojos
a través de la sombra para reconciliarnos.
Tu gesto de mujer de piedra,
última máscara en que a pesar de ti te refugiabas,
domesticabas tu soledad.
Los dos, nuevos en el alma, preguntando por qué.
Y más tarde tu mano apretando la mía,
cayéndose tu cabeza blandamente en mi pecho,
y mis dedos diciéndole no sé qué cosas a tu cuello.
Vamos a guardar este día
entre las horas para siempre.

domingo, 16 de septiembre de 2012

sábado, 15 de septiembre de 2012

Es una lástima que no estés conmigo

Sería mejor construir puentes.
Que sobre ellos se va a la otra orilla y también se vuelve.
Que volver no implica retroceder.
Que retroceder también puede ser avanzar.
Que no por mucho avanzar se amanece cerca del sol.


 Un día como hoy en 1920, nacía en Paso de los Toros, Republica de Uruguay, el Escritor y Poeta Mario Benedetti. Celebramos el nacimiento de este grande de las Letras Latinoamericanas.

viernes, 24 de agosto de 2012

EPISTOLA A LOS POETAS QUE VENDRAN

EPISTOLA A LOS POETAS QUE VENDRAN

Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
quizá mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas por donde venía la ardiente cólera.

Yo respondo: por todas partes se oía llanto,
por todas partes nos cercaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la poesía
una solitaria columna de rocio?

Tenía que ser un relampago perpetuo.

Yo os digo:
mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podra dormir;
mientras los mendigos lloren de frio en la noche,
mi corazón no sonreirá.

Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
Hay cosas mas altas
que llorar el amor de tardes perdidas:
el rumor de un pueblo que despierta,
eso es mas bello que el rocío.
El metal resplandeciente de su cólera,
eso es mas bello que la luna.
Un hombre verdaderamente libre,
eso es mas bello que el diamante.

Porque el hombre ha despertado,
y el fuego ha huido de su carcel de ceniza
para quemar el mundo donde estuvo la tristeza.

Manuel Scorza.

domingo, 19 de agosto de 2012

Gary Moore - One Day


Gary Moore - One Day


He visto esa mirada antes en alguna parte
Su tristeza es como una puerta abierta
Ha sido así durante demasiado tiempo
Alguien debe haber hecho mal
Pero un día el sol brillará sobre ti
Convierta todos sus lágrimas a la risa
Un día, todos sus sueños pueden hacerse realidad
Un día el sol brillará sobre ti
He visto esa mirada muchas veces
Sé que la tristeza en tus ojos
Tu vida es como un pozo de los deseos
Cuando se va, sólo el tiempo dirá
Un día el sol brillará sobre ti
Convierta todos sus lágrimas a la risa
Un día, todos sus sueños pueden hacerse realidad
Un día el sol brillará sobre
Diga adiós a las noches solitarias
Diga adiós a las luces del norte
Diga adiós a los fríos vientos del norte
Diga adiós a las hojas de otoño
Un día el sol brillará sobre ti
Convierta todos sus lágrimas a la risa
Un día, todos sus sueños pueden hacerse realidad
Un día el sol brillará sobre ti
Un día el sol brillará sobre ti
Un día el sol brillará sobre ti

viernes, 30 de marzo de 2012

GRACIAS - Jorge Drexler - fotografía Nikoletta Bati

fotografía Nikoletta Bati

Nunca digas nunca
Todo pasa en el momento menos pensado
No pensé que fuera a oír tu pregunta
Ni a tu corazón latiendo a mi lado

sábado, 24 de marzo de 2012

Mario Benedetti

Nunca me ha sido fácil
encontrar la almohada
adecuada a mis sueños
a su medida exacta.

En la cabeza noche
se cruzan las fatigas
se ahondan las arrugas
de la pobre vigilia.

En la cabeza noche
huyen despavoridos
los árboles los muros
los cuerpos de aluminio.

Yo no elijo mis sueños
es la almohada / es ella
la que los incorpora
en desorden de feria.

Mucho menos elijo
las pesadillas locas
esos libros del viento
sin letras y sin hojas.

Pero al cabo de tantas
almohadas sin cuento
sin historia y sin alas
como siempre prefiero
la de tu vientre tibio
cerca cerca cerquita
del refugio imantado
de tus pechos de vida.

 Y para estar total, completa, absolutamente enamorado, hay que tener plena conciencia de que uno también es querido, que uno también inspira amor." Mario Benedetti

 

sábado, 10 de marzo de 2012

Esto es amor - Gioconda Belli

Esto es amor - Gioconda Belli
ESTO ES AMOR


"Esto es amor, quien lo probó, lo sabe"
(Lope de Vega)


La mente se resiste a olvidar las cosas hermosas,
se aferra a ellas y olvida todo lo doloroso,
mágicamente anonadada por la belleza.


No recuerdo discursos contra mis débiles brazos,
guardando la exacta dimensión de tu cintura;
recuerdo la suave, exacta, lúcida transparencia de tus manos,
tus palabras en un papel que encuentro por allí,
la sensación de dulzura en las mañanas.


Lo prosaico se vuelve bello
cuando el amor lo toca con sus alas de Fénix,
ceniza de mi cigarro que es el humo
después de hacer el amor,
o el humo compartido,
quitado suavemente de la boca sin decir nada,
íntimamente conociendo que lo del uno es del otro
cuando dos se pertenecen.


No te entiendo y quisiera odiarte
y quisiera no sentir como ahora
el calor de las lágrimas en mis ojos
por tanto rato ganado al vacío,
al hastío de los días intrascendentes,
vueltos inmortales en el eco de tu risa
y te amo monstruo apocalíptico de la Biblia de mis días
y te lloro con ganas de odiar
todo lo que alguna vez me hizo sentir
flor rara en un paraíso recobrado
donde toda felicidad era posible
y me dueles en el cuerpo sensible y seco de caricias,
abandonado ya meses al sonido de besos
y palabras susurradas o risas a la hora del baño.


Te añoro con furia de cacto en el desierto
y sé que no vendrás
que nunca vendrás
y que si venís seré débil como no debería
y me resisto a crecerme en roca,
en Tarpeya,
en espartana mujer arrojando su amor lisiado para que no viva
y te escondo y te cuido en la oscuridad
y entre las letras negras de mis escritos
volcados como río de lava entre débiles rayas azules de cuaderno
que me recuerdan que la línea es recta
pero que el mundo es curvo
como la pendiente de mis caderas.


Te amo y te lo grito estés donde estés,
sordo como estás
a la única palabra que puede sacarte del infierno
que estás labrando como ciego destructor
de tu íntima y reprimida ternura que yo conozco
y de cuyo conocimiento
ya nunca podrás escapar.


Y sé que mi sed sólo se sacia con tu agua
y que nadie podrá darme de beber
ni amor, ni sexo, ni rama florida
sin que yo le odie por querer parecérsete
y no quiero saber nada de otras voces
aunque me duela querer ternura
y conversación larga y entendida entre dos
porque sólo vos tenés el cifrado secreto
de la clave de mis palabras
y sólo vos pareces tener
el sol, la luna, el universo de mis alegrías
y por eso quisiera odiarte como no lo logro,
como sé que no lo haré
porque me hechizaste con tu mochila de hierbas
y nostalgias y chispa encendida
y largos silencios
y me tenés presa de tus manos mercuriales
y yo me desato en Venus con tormentas de hojarasca
y ramas largas y mojadas como el agua de las cañadas
y el ozono de la tierra que siente venir la lluvia
y sabe que ya no hay nubes,
ni evaporización,
ni ríos,
que el mundo se secó
y que no volverá jamás a llover,
ni habrá ya nieve o frío o paraíso
donde pájaro alguno pueda romper
el silencio del llanto.
http://youtu.be/-hitNO3BaFI

Gioconda Belli

lunes, 27 de febrero de 2012

Morelliana

"Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos."

Julio Cortázar.

Pienso en los gestos olvidados, en los múltiples ademanes y palabras de los abuelos, poco a poco perdidos, no heredados, caídos uno tras otro del árbol del tiempo. Esta noche encontré una vela sobre una mesa, y por jugar la encendí y anduve con ella en el corredor. El aire del movimiento iba a apagarla, entonces vi levantarse sola mi mano izquierda, ahuecarse, proteger la llama con una pantalla viva que alejaba el aire. Mientras el fuego se enderezaba otra vez alerta, pensé que ese gesto había sido el de todos nosotros (pensé nosotros y pensé bien, o sentí bien) durante miles de años, durante la Edad del Fuego, hasta que nos la cambiaron por la luz eléctrica. Imaginé otros gestos, el de las mujeres alzando el borde de las faldas, el de los hombres buscando el puño de la espada. Como las palabras perdidas de la infancia, escuchadas por última vez a los viejos que se iban muriendo. En mi casa ya nadie dice "la cómoda de alcanfor", ya nadie habla de "las trebes" -las trébedes-. Como las músicas del momento, los valses del año veinte, las polkas que enternecían a los abuelos.
Pienso en esos objetos, esas cajas, esos utensilios que aparecen a veces en graneros, cocinas o escondrijos, y cuyo uso ya nadie es capaz de explicar. Vanidad de creer que comprendemos las obras del tiempo: él entierra sus muertos y guarda las llaves. Sólo en sueños, en la poesía, en el juego -encender una vela, andar con ella por el corredor- nos asomamos a veces a lo que fuimos antes de ser esto que vaya a saber si somos.