De Francisco Paco Urondo

AMARLA ES DIFÍCIL

Es buena, cuando duerme;
el calor de su cuerpo es un puñal de vidrio
que remonta los sueños.
Cuando calla, es buena
y su voz una premonición olvidada y peligrosa
que arruina el silencio.
Cuando grita o llora
o se lamenta o se divierte o se cansa,
nada puede contener
este dolor alegre que envenena
mis sueños y mi soledad.
Por eso es difícil pensar
en ella, en su cara bondadosa;
abandonarse; por eso
es una cobardía retenerla
y dejarla ir, una pavorosa crueldad.
A veces, cuando lo pienso,
no sé qué hacer con ella,
con este destino luminoso.

Como bola sin manija

puedo ir para un lado
puedo ir para otro lado
encontrar estuarios pálidos cisnes quietos
buques mansos que como a las nubes
me llevan de un lado para otro lado

puedo dar con lugares apacibles
o sombras excitantes
la primera piel de una mujer
el aroma de una mujer el sonido de una fiesta
puedo beber de cierto cuidado y enfermarme levemente
y sentir en las sábanas el olor del sol

puedo llegar a tener suerte en el juego y en la vida
puedo cambiar de vida y de nombre
puedo peinarme de otra manera
y vestir como nunca lo hice

puedo sorprender
ser irascible o piadoso
comprensivo con las mujeres
o despiadado con sus increíbles sentimientos

puedo como antaño volver a enamorarme
puedo padecer por un vago recuerdo
o tirar todo por la borda
o no soportar la memoria

–hoy te he recordado vagamente–

puedo reír y cantar
divertir a la gente
y esperar a que todos estén completamente locos
y ya no parezca tan divertido

puedo envejecer y enmudecer para siempre
y decir palabras sin mayor fundamento
puedo gozar de placeres fáciles y complicados

–eras alta antes de conocerte
y hoy no he recordado tu nombre
y pienso que otro día podré humillarlo–

puedo tener rasgos bondadosos
arranques de conmovedora caridad
puedo echarme a perder
o tener más hijos como si ofreciera
el más estupendo y bonito de los mundos posibles

puedo ambicionar una amplia fortuna
hasta puedo trabajar o pensar en el as de oro
o seducir a una adolescente frágil-como-un-pétalo-de-agosto

puedo hacer viajes exóticos morder la espesura de un follaje
jugar mi vida por unos diamantes impuros
o por lánguidos ojos saturados de sabiduría

puedo emborracharme aquí o en el extranjero
y caer exhausto en la turgencia de un muslo
o en el filo de una dudosa alcantarilla

puedo investigar o escribir luminosos párrafos
que abrirían por sí el futuro
puedo ser un intelectual responsable o desaprensivo
firmar o no firmar traicionar o jugar a la lealtad

puedo ser adorado
puedo ser odiado
tener amantes
distintas en su belleza singulares en sus caprichos
o no tener a nadie
y no guardar un solo recuerdo

puedo rechazar la ternura
o mendigarla como hace unas horas
puedo vivir alternativas viejas o recientes
fáciles y peligrosas

puedo elegir mi destino
aunque no sepa darle forma adecuada
ni por dónde empezar

puedo imaginar el tiempo que desconozco
luchar por esa o por otra dulce aspiración
puedo olvidar

–hoy no he podido recordar tu nombre–

de la memoria puedo imaginar las interminables apuestas
y sus mañas de vieja tramposa
puedo no pensar en que distribuye los signos
de ese futuro tangible y ajeno
Foto de Javier Urondo
Francisco "Paco" Urondo La pura verdad
Si ustedes lo permiten, prefiero seguir viviendo.
Después de todo y de pensarlo bien,no tengo motivos para quejarme o protestar:
siempre he vivido en la gloria:nada importante me ha faltado.
Es cierto qu ...e nunca quise imposibles; enamorado de las cosas de este mundo
con inconsciencia y dolory miedo y apremio.Muy de cerca he conocido
la imperdonable alegría; tuve sueños espantosos y buenos amores, ligeros
y culpables.Me avergüenza verme cubierto
de pretensiones; una gallina torpe,melancólica, débil, poco interesante,
un abanico de plumas que el viento desprecia,caminito que el tiempo ha borrado.
Los impulsos mordieron mi juventud y ahora, sin darme cuenta, voy iniciandouna madurez equilibrada, capaz de enloquecer a cualquiera o aburrir de golpe.
Mis errores han sido olvidados definitivamente; mi memoria ha muerto
y se queja con otros dioses varadosen el sueño y los malos sentimientos.
El perecedero, el sucio, el futuro,
supo acobardarme, pero lo he derrotadopara siempre; sé que futuro y memoria
se vengarán algún día.Pasaré desapercibido, con falsa humildad, como la Cenicienta, aunque algunos
me recuerden con cariño o descubranmi zapatito y también vayan muriendo.
No descarto la posibilidadde la fama y del dinero; las bajas pasiones y la inclemencia.
La crueldad no me asusta y siempre viví deslumbrado por el puro alcohol,
el libro bien escrito, la carne perfecta.
Suelo confiar en mis fuerzas y en mi saludy en mi destino y en la buena suerte:
sé que llegaré a ver la revolución,
el salto temido y acariciado, golpeando a la puerta de nuestra desidia.
Estoy seguro de llegar a vivir
en el corazón de una palabra;compartir este calor, esta fatalidad que quieta no sirve y se corrompe.
Puedo hablar y escuchar la luzy el color de la piel amada y enemigay cercana.
Tocar el sueño y la impureza,nacer con cada temblor gastado en la huida
Tropiezos heridos de muerte;esperanza y dolor y cansancio y ganas.
Estar hablando, sostener esta victoria,este puño; saludar, despedirme.
Sin jactancias puedo decirque la vida es lo mejor que conozco..
Francisco "Paco" UrondoArgentina, 1930/1976